miércoles, 19 de noviembre de 2008

La saga de Ender

Como era de esperar (para los que me conocéis), tengo que explicaros un poco la historia de cómo apareció Ender en mi vida.


Nació en una parada de autobús, con mi profesor de Narrativa Cómica. A mi me pareció una burda manera de sacar un tema para no aborrecer un trayecto de 15 minutos de autobús hasta la escuela (ya que el silencio sería a la larga violento, no nos conocíamos apenas). Su forma de explicarlo era increíble; se asía a los detalles y relamía cada trazo de libro, habiéndome contado más del argumento de lo que yo necesitaba saber. Una curiosa sensación de comodidad, como cuando un niño le explica a un padre por qué le fascinan los caramelos con sabor a menta y chocolate.

Habiendo apartado el tema, meses después, apareció mi misterioso amigo Ender, que ya había crecido un poco y me miraba tímidamente desde una estantería, sobre una pila de hermanos, coincidiendo en el último día de trabajo en ese agujero de librería llamada Happy Books (al que por cierto, no os recomiendo ir si aún respetáis el término "personalidad", aunque no entraré en detalles por ahora porque creo que ese sitio se merece una entrada como dios manda).

La tentación de adoptarlo y llevarlo a casa para mimarlo era demasiado irresistible, aunque no lo suficiente como para que fuese de una manera ilegal (mis pequeños hurtos nunca han superado los 2€, aunque fuesen en grandes cantidades, ja!), ergo, esperé paciente a que pudiese comprarlo, decidido a respetarlo y que se sintiese realmente querido.

Por causas ajenas, como dije, ese grato día fui despedido, y Ender se abandonó en la soledad de esa estantería, sin que yo tuviese la posibilidad de volverlo a ver hasta mucho mas adelante, como os relataré. La cuestión es que mi mente divagaba en odios irresistibles hacia mujeres cuarentonas sin aficiones y con un serio problema de muerte mental.. y no reparé en sus ojillos, abandonados y tristes, mientras yo cruzaba los portales del infierno con mas gloria que pena.

600 kilómetros mas allá, meses después, en una librería familiar, (para mi casi invisible, después de tratar con una gran superficie de gente frívola). Ahí me esperaba incondicionalmente Ender, cubierto de polvo, dentro de una caja repleta de brillantes "Best Seller" que eclipsaban ese libro de bolsillo del que apenas nadie en la tienda habían oído hablar. Y con la fragilidad de un biólogo al coger a una mariposa viva, lo abracé, lo compré, olí sus páginas nuevas que hacían que él se llenara de orgullo y a la vez sentido de la seducción por hacérmelas tocar, casi en un ritual de obscena lectura voraz. Caí en su embrujo y me atrapó, aunque para cualquiera sea otro libro más en su estantería.

Ahora entiendo esa conversación, meses y meses atrás, en un autobús, cuando veía la cara de emoción en mi paradójicamente infantil profesor. Yo voy a sentir la misma emoción de transmitiros lo que siento por Ender, mi segundo compañero de cama.

Hoy lo dejo aquí porque creo que merecía una introducción, mañana hablaré sobre ello. Sobre la Saga de Ender, de la cual voy por el cuarto libro, y de la Saga de la Sombra, los libros que complementan la historia desde puntos de vista distintos al de Ender.. Distintos libros.

El juego de Ender. Orson Scott Card.

...te lo vas a perder ahora que lo sabes?


Thot*


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