No consigo despedirme porque no puedo hacerme a la idea de que ningún beso sea el último. Te hago caso y no me voy, nos vamos. De la mano vamos volando a dar un paseo por el cielo de tus ojos, donde a besos, a caricias, y a miradas cómplices, introduces en mí una felicidad intrusa, que no me pertenece y que lucha por salir de mi cuerpo. Te aprieto contra mí para retenerla pero ansia salir en forma de palabras que, impronunciables se convierten en suspiros. Suspiros de "no sé como decir lo qué quiero decir porque no lo quiero decir" Y a la par que mi razón calla, mi corazón habla. Rubor, suspiros y sonrisas su lenguaje sin sintaxis.
Filosofia de la Vida
Hace 15 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario